¿Qué es la manifestación?
Manifestar es crear nuestra realidad permanentemente y creer en nuestro inmenso potencial para crear la vida que deseamos, centrándonos en el presente, desde la conciencia de quiénes somos y lo que entregamos al mundo.
Recuerdas cómo soñabas de niño, cuando pensabas que todo era posible y creías ciegamente que podías conseguir y vivir de esa manera que imaginabas?
Pues bien, esa es la respuesta a muchas de las cosas que hoy nos preguntamos. Ya las sabíamos, pero las olvidamos o las reinterpretamos según las creencias que hemos recibido a lo largo de nuestra vida.
Todos tenemos sueños, algunos más intensos que otros, y los limitamos según las emociones que les atribuimos, las creencias sobre nosotros mismos y el mundo externo, dotándolos de una energía particular.
Todo en este universo está en un campo unificado de energía, donde existen leyes que lo regulan. Por tanto, nosotros también somos energía, al igual que nuestros pensamientos y emociones. Cuando alineamos estos pensamientos y emociones con lo que deseamos crear en la vida, empezamos a atraerlo (Ley de la Atracción). Esto implica que la energía que emitimos es la misma que recibimos materializada (Ley de la Correspondencia).
Es decir, nosotros somos un centro de energía que emite frecuencias de acuerdo con nuestros pensamientos y emociones. Cuando alineamos esta frecuencia con lo que deseamos, creemos firmemente que se está creando, y todo comienza a suceder de acuerdo con ese sueño en el que somos los protagonistas.
Enfocar nuestra energía en pro de ese sueño implica también trabajar en lo que necesitamos hacer para lograrlo. Buscamos los recursos, construimos un camino en el cual empiezan a aparecer las personas, las situaciones y las condiciones para que sucedan.
Como vemos, todo parte de nuestra mente consciente e inconsciente que emite frecuencias. Cuando hablamos de la mente consciente, nos referimos a las imágenes y pensamientos que tenemos claros, a las palabras que nos decimos y a las emociones que identificamos. Sin embargo, solo somos conscientes aproximadamente del 10% de nuestros pensamientos y emociones. Es decir, el 90% del tiempo nuestra mente inconsciente gobierna nuestra vida.
Mientras más tiempo pases siendo consciente de tus pensamientos, emociones, palabras y comportamientos, más poder logras sobre ti y tomas el control de tu vida para crear esa vida que deseas desde la conciencia.
Entonces, cuando alineas tus pensamientos y emociones con lo que deseas y trabajas en lo que tienes que hacer para alcanzarlo, estás dirigiendo la energía hacia la creación de ese sueño.
Si creas tu realidad desde una energía positiva (pensamientos, emociones, palabras, comportamientos) y tienes FE en que se está creando para ti, por ti y a través de ti, entonces ese sueño llega y se convierte en tu realidad.
La clave de la manifestación está en enfocar tu energía, sintiendo cómo te sentirías al conseguir ese sueño. Actúas como si ya lo tuvieras, como si fuera una realidad, y le asignas emociones positivas como libertad, expansión, gratitud, entre otros.
Este proceso se conecta intrínsecamente con el crecimiento personal, la sanación espiritual y el desarrollo de una vida en armonía con nuestro propósito de vida y abundancia. Reconocer nuestro poder interior es el primer paso hacia una vida plena, guiada por la inteligencia emocional y espiritual que nos conduce hacia el Ikigai, nuestro propósito de vida, y nos brinda una salud mental y emocional óptima, respaldada por la terapia psicológica cuando es necesaria.